Ingredientes
2 tazas de azúcar
4 yemas de huevo
1 pieza de huevo
½ taza de crema
1 cucharada de vaina de vainilla
Preparación
Precalentar el horno a 180 °C y recubrir 6 moldecitos para cupcakes o cualquier otro molde de 150 gramos puestos en una cacerola grande y que los lados de la misma sean más altos que los moldes.
Calentar la crema a fuego medio bajo con las semillas de la vainilla sacadas de la vaina. Si se utiliza pasta de vainilla, batir con la crema y al calor. Luego, calentar la crema durante 5 minutos, observando que no se desborde.
Batir en otro bowl las yemas de huevo, el huevo y el azúcar.
Añadir la mezcla de los huevos a la mezcla de la crema caliente y batir hasta que todo haya sido añadido.
Pasar por un colador y a continuación, verter en los moldes. Si salen pequeñas burbujas en la superficie de la crema, utilizar la esquina de una toalla de papel para quitarlas, si no se quitan impedirán que la créme brûlée se queme fácilmente y de manera uniforme.
Verter agua hirviendo con cuidado alrededor del molde con el créme brûlée, de modo que el agua llegue justo hasta un poco más de la mitad del molde y con cuidado llevamos esto al horno.
Llevar a hornear las natillas unos 30 minutos hasta que estén firmes en los bordes, pero que no hayan terminado de cuajar por completo.
Dejar enfriar las natillas durante 10 minutos en el baño de agua.
Retirar utilizando un paño o guante de cocina para enfriar completamente sobre una rejilla.
Enfriar las natillas al menos 3 horas antes de servir.
Espolvorear cada natilla con una fina capa de azúcar.
Encender con cuidado la antorcha para cocina y comenzar a caramelizar el azúcar moviendo el soplete de un lado a otro sobre las natillas, alrededor de 3 a 5 cm de distancia de esta.
Rociar otra capa delgada de azúcar sobre la primera capa y quemar de nuevo, repetir otras 2 veces o hasta obtener la capa de caramelo deseada.
Servir inmediatamente.